ELEGANCIA (Con y Sin Estilo)
Parte II: Elegancia contiene la palabra elegir.
Hay personas que pocas veces se preguntaron lo siguiente:
Elegir las palabras con las cuales hablamos, elegir el modo con el cual tratar a nuestro semejante, elegir desde los muebles para nuestra casa, la ropa para vestirnos, los amigos con quienes compartimos nuestra vida, la pareja que nos acompaña en nuestro diario vivir, elegir estar atento o desconcentrado, estar tranquilo o alterado, elegir el ritmo con el cual realizamos nuestras tareas tanto internas como externas, las actitudes con las cuales enfrentamos los problemas cotidianos, la comida que incorporamos a nuestro cuerpo, el tono de voz con el cual hablamos, las palabras que elegimos para expresarnos, la calidad de tiempo que nos regalamos, a que nos dedicamos en la vida, la manera en la cual cuidamos nuestro aspecto físico y salud, en resumen la elegancia se refiere a una gran capacidad de elegir actitudes internas y externas correctamente para ser cada vez mejores seres humanos.
Esta acción de elegir se inscribe sobre nuestro cuerpo. Se la percibe en nuestros movimientos, en nuestra mirada, en nuestro cuidado con nosotros mismos.
Crecí rodeada de elegancia y la asocié siempre con determinados círculos sociales. Pero no, error! Alrededor de mis ocho años aprendí algo nuevo que me impresionó para el resto de mi vida.
A mi casa venia a trabajar una señora, LUISA, para ayudar en los quehaceres domésticos.
Era una mujer muy sencilla y humilde. Su ropa por supuesto que no era de buena calidad, pero su porte, su manera de hacer las cosas, su modo de hablar, todo me llamaba la atención. Luisa era toda una reina. Tenía una elegancia milenaria. Yo siempre había pensado que la elegancia estaba asociada al dinero, a un poder adquisitivo alto, pero no! y que sorpresa y la verdad que me agrado darme cuenta que la elegancia era una posibilidad para todos.
Ahora me van a preguntar algo que yo siempre me pregunté y voy a tratar de responderles. La pregunta es:
¿La elegancia se puede aprender?
Sí, creo que una persona que realmente tiene ganas de mejorar sus modales, su gusto, en fin, darse un baño de elegancia, puede mejorar notablemente. Cómo? Por ejemplo, si esa persona tuviese la oportunidad de trabajar en un ambiente muy refinado y elegante sin ninguna duda, esa persona después de un tiempo determinado, adquiere un matiz de elegancia y mejora notablemente, es como que se le imprimen movimientos diferentes, mejores modales, y sobre todo mejor sentido del gusto.
Esa es la razón por la cual siempre me asombro cuando de pronto descubro a alguien como Luisa, que nunca tuvo la oportunidad de crecer en un ambiente refinado y es elegante por naturaleza. Es cierto que es poco usual encontrar casos de ese tipo.
Otros lugares donde se encuentran casos de elegancia natural es en las tribus donde sus habitantes están profundamente enraizados a sus tierras con naturalidad.
Otra pegunta que me hacen muy frecuentemente es la siguiente: ¿Elegancia y estilo es lo mismo?
Definitivamente no! Para mí la persona elegante sin estilo es “controlada”. Está pendiente de las formalidades, atenta a lo que se espera de ella, no excede los límites en ningún aspecto. Respeta las reglas del protocolo a rajatabla. Por eso a veces la elegancia es un poco inmóvil, como sin demasiada vida, sin demasiada creatividad, controlada por frenos invisibles, por un ojo sensor que va emitiendo juicio de valor sobre la persona que es elegante pero sin estilo. Cumplir con lo que se “debe” y “corresponde”. Lo que a la ropa se refiere, me da la sensación que no se animan a crear. Lo que usan está siempre en perfecto estado y en general de muy buena calidad. La ropa cara da seguridad, es un buen tutor en el cual apoyarse si no tengo estilo, sobre todo cuando está bien elegida según el estilo de cada persona. Es un envase seguro y protector.
La elegancia puede ser incómoda, estática, en cambio el estilo es movimiento puro.
Se puede ser elegante sin tener estilo y se puede tener estilo sin ser elegante.
La elegancia jamás trasgrede, es contenida, no es audaz, tiene límites.
La elegancia se puede adquirir hasta cierto punto, el estilo hay que encontrarlo y trabajarlo.
No nos olvidemos que hay personas muy ricas, que pueden adquirir ropa carísima pero tienen un gusto espantoso. Entonces por más cara que sea la ropa no se luce porque la persona no sabe cómo combinar colores, texturas y formas. Además no se dan cuenta que el lenguaje corporal no acompaña armoniosamente y justamente allí es donde la ausencia de elegancia o estilo.
Ese es justamente el gran negocio de las grandes marcas porque saben que la gente con mucho dinero necesita de ellas para SER, entonces compran ropa con los logotipos más conocidos para que todo el mundo vea cuanta plata tienen y en donde compran. Necesitan muchas veces llenar vacíos internos con MARCAS, como si éstas son las que les dan la seguridad y el valor, otra vez la decisión puesta en el afuera.
Seguramente conocés personas a tu alrededor que ocupan gran parte de su vida para estar espectaculares, van al gimnasio para tener el cuerpo espléndido,( no estoy diciendo no ir al gimnasio, claro que es fantástico pero para cuidarse uno mismo y por la propia salud) viven maquilladas siempre, gastan mucho en peluquería, mucho en ropa, siempre están impecables, dependen mucho de su aspecto porque no se animan a mostrarse con toda naturalidad porque en algún lugar muy adentro de ellas hay mucho miedo de no ser queridas o valoradas si alguien las ve en condiciones diferentes a las cuales se presentan siempre, como si esa perfección fuese el eje de sus vidas.
Son las personas que se identifican con esa imagen y se sentirían muy perdidas si la soltaran.
Tienen mucha energía colocada en copiar, en depender de la mirada del tercero, en comprar, en ser centro, quizá hasta en operarse mucho para mantener esa imagen.
Un ejemplo: la princesa Letizia de España.
Cuando era periodista se la percibía mucho más cómoda, ahora en este nuevo rol de princesa emana una minuciosa preocupación por estar siempre perfecta, no se relaja, siempre está pendiente de la mirada del tercero.
Una persona que tiene en claro el estilo se relaja y no deja de ser quien es por no estar siempre perfecta. Trasciende desde otro plano, ya les contaré, paso por paso!
- Existe Elegancia sin estilo y existe Elegancia con estilo.
- Existe Estilo sin elegancia y existe Estilo con elegancia.
No se pierdan próxima nota donde les cuento sobre el ESTILO y como juntar las dos ELEGANCIA Y ESTILO y eso es MAGIA!!!!!!