El país de las miradas llenas de amor

El país de las miradas llenas de amor

Por Tini de Bucourt

Destino tan deseado por muchos. Materia pendiente. Cuando surgió la propuesta de llevar grupos a India me sentí muy honrada porque es mi segundo hogar. Mi sueño fue que todo el grupo regresara con respuestas que fueron a buscar. Fue mágico: intuitivamente sabía que quienes iban a conformarlo iban a empatizar conmigo.
Cuando me pidieron armar el itinerario se me ocurrió una mezcla de turismo y espiritualidad en un entorno en el que seres humanos y animales conviven en dulce y trágico montón; para ellos ambos son criaturas de Dios, seres vivientes.
De entre los sitios visitados descubrimos Rishikesh, lugar sagrado de la India, sobre la orilla del Ganges, al pie del Himalaya. Es el lugar de la mayoría de los ashrams (centros espirituales) de la India.
¡Qué pintoresco! Sanyasis (alumnos de maestros espirituales), sadhus (los que dejaron todo y viven de la providencia), frentes pintadas con el símbolo del Dios preferido, túnicas naranjas, rezos, mantras… ¡Impresionante!
Aquí decidí pasar un día, sólo uno, en un ashram, para que todos se llevaran la experiencia de la austeridad a casa. ¡Qué poco se necesita! Seguir la rutina de un ashram para muchos es exigente. Despertarse muy temprano, meditar, después practicar asanas hatha yoga, charlas con el swami (maestro) del ashram, comer comida estrictamente vegetariana, lavar plato y cubiertos, otra vez meditar, karma yoga, servicio hacia el prójimo como limpiar pisos, etc.

Las charlas con el swami aportaron visiones nuevas sobre temas como el apego a los hijos, la muerte, los conflictos, la ansiedad, los vínculos, el ser. Incluso dormir en camas duras, en un entorno muy limpio y austero, es un cambio importante. Sabía que el efecto se iba a producir al regreso, en la propia casa, apreciando todo lo que tenemos.

Para terminar el viaje elegí tres días en el mejor spa del mundo; fue absolutamente indescriptible. Fue el mimo para el alma, para serenar las eclécticas emociones vividas. El entorno del Himalaya, hectáreas de parque, silencio total.
Entender India con nuestra mente occidental es casi imposible. Octavio Paz, premio Nobel de literatura y dos veces embajador en la India, dice en su libro Vislumbre de la India: “Cuando llegué a India quise escribir un libro, a los seis meses sólo quise escribir un párrafo, y al año ya no quise escribir porque me daba cuenta que no entendía nada”. Así es la India, es tan intensa que humildemente vamos aceptando que nada, pero absolutamente nada es certero.

 

 

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4 Comentarios

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    Me encantaria poder participar en un viaje a la india; le agradeceria me envie informacion para el proximo que organice. Gracias por compartir tanta luz!
    Mariana

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