Hola amig@s…
Hoy me gustaría retomar un tema, importante: El enojo.
Se trata de un tema muy delicado. Ya que va más allá de un grito, de un reclamo… El enojo oculta muchísimo de nosotros detrás. ¿Sabías que con quienes te enojás y por qué te enojás, no suele ser la base principal de tu enojo?
Cuando nos enojamos fácilmente por cosas pequeñas… En realidad, estamos ocultando un enojo mucho mayor… Por ejemplo, UNA IRA PASIVA. Esa ira pasiva que sale a la vista en comentarios sarcásticos o denigrantes. O una ira manipuladora, donde a veces sin intención racional, solemos manipular con la ira a otros, saboteando sus planes, chantajeándolos, o agrediendo y luego pidiendo perdón. Incluso un sentimiento de culpa, puede traer consigo un enojo… ¿¡por qué me termino sintiendo culpable por esto!?
Quedarse con un segundo lugar, genera enojo. Callar el pedido de ayuda y quedarse en silencio «esperándola a cambio», genera enojo. Evadir conflictos acumula enojo. Volverse fóbicos, obsesivos… Herir a otros, golpear, humillar verbalmente… acusar injustamente… ser egoístas… otros signos de una persona que está: enojada.
Mucho es lo que se puede trabajar para soltar los enojos… soltar implica una evolución tan sana como necesaria…
Porque detrás de muchas actitudes, de muchos pensamientos, que creemos normales, puede estar escondido un enojo indirecto, ta vez no con esa persona, pero ese enojo, nos afecta nuestra vida cotidiana.
Solemos pensar que estamos enojados por algo y la realidad es que nuestro enojo nunca es en verdad por aquello que «reaccionamos» aquello que nos hace «explotar»… sino que está intrinseco escondido detrás.
¡Tanto para reflexionar! Que no alcanza este breve párrafo. Espero podamos trabajar juntos estos temas en muchos de mis talleres y charlas. Te estaré esperando,
Con cariño. Tini
Me acaban de recomendar tu página web y lo que leo me encanta!