Hola amigas!
Recién aterrizada de India, me pongo a escribir estas palabras. Llena de emociones, reflexiones y vivencias, dejo llevarme por los sentimientos que aún están a flor de piel.
Viví muchos años allí, fui al Taj Majal unas de 47 veces, pero cada viaje a India es igual y diferente a la vez. Igual, porque pisar su suelo, mueve. Conmueve. Diferente, porque en cada ocasión te toca una fibra distinta de tu ser.
Este viaje no fue la excepción. Y el gran aprendizaje en esta oportunidad fue el D I S F R U T A R. Con cada una de las letras y en cada momento. Sin rollos. Celebrando la vida. Honrando estar viva.
Es que cuando uno está presente con simplicidad y en conexión, nada más es necesario. La belleza es perceptible de otra forma y en todos lados. En el silencio, en el vacío, en la mirada, en la sonrisa sin connotación más que ser la ventana del alma. El disfrutar sin expectativas, sin necesidad de ser llenado con nada material, en simpleza, en pureza, no precisa nada más.
Cuántas veces nos pasa que no disfrutamos las cosas, porque estamos expectantes de que suceda otra? O porque no fue como esperábamos? O simplemente porque no nos creemos merecedores? Incluso, por miedo a que se termine lo bueno? Qué locura! Qué manía de complicarnos!
Por qué nos empeñamos en encontrarle lo negativo a lo que ya es bueno en nuestra vida? Por qué no podemos disfrutar como vienen las cosas y le buscamos una excusa? Un pero?
Cada día es único y es un regalo que Dios, el Universo, la vida nos ha dado! Cómo no agradecerlo y honrarlo, viviendo al 100% en gratitud?
Deseo que comprendamos la importancia de trabajar en la capacidad de disfrutar cada momento. Porque sí, es una capacidad y se lo puede trabajar. Invirtamos en desarrollarla y no perdamos el tiempo quejándonos, buscando culpables, encontrando la quita pata, viendo los defectos, los desvíos, las diferencias…
Las dejo con un abrazo grande y con esta reflexión.
“Para entender el valor de un año, pregúntale a algún estudiante que perdió el año de estudios. Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que alumbró a un bebe prematuro. Para entender el valor de una semana, pregúntale al editor de un semanario. Para entender el valor de una hora, pregúntale a los amantes que esperan a encontrarse. Para entender el valor de un minuto, pregúntale a una persona que perdió el tren. Para entender el valor de un segundo, pregúntale a una persona que con las justas evito un accidente. Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale a la persona que gano una medalla de plata en las olimpiadas.”
Con el cariño de siempre,
TINI